Acabo de regresar de un viaje inolvidable visitando Serbia y Hungría. Ha sido un viaje dónde he conocido gente preciosa y que me ha confirmado una vez más que todas las personas tenemos las mismas necesidades de sentirnos queridas y apreciadas sin importar la cultura, religión, estatus social. Todos reaccionamos positivamente cuando se nos trata con cariño y comprensión y se nos muestra una mano amiga.
La mayoría de las veces no nos damos cuenta del impacto que tenemos en los demás cuando mostramos interés y afecto. Fue el caso de Maia (seudónimo), trabaja en la oficina de correos local y en mi viaje del año anterior había ido allí junto con otro amigo para enviar unas postales. Evidentemente Maia se interesó en nosotros porque éramos extranjeros y era su oportunidad de practicar inglés. Mi slogan es que “¡No existen desconocidos, sólo amigos por conocer!, así que realmente tratamos de mostrarnos amigos y prometimos invitarla a tomar algo para conocernos mejor. Pero tristemente nos fue imposible de cumplirlo en esta ocasión.
Después de un año, de nuevo me encuentro en la misma ciudad y otra vez tenía que enviar postales, así que fuimos a la misma oficina. Sorprendentemente cuando Maia nos vio entrar por la puerta exclamó ¡ESTAIS DE NUEVO POR AQUÍ!
Fue un reencuentro muy especial, aún más porque sin haber mantenido ningún tipo de contacto enseguida nos reconoció. Esta vez sí fuimos a tomar algo, compartimos experiencias e intercambiamos emails y ahora tengo una amiga en Serbia.
¡Qué increíble lo que un pequeño encuentro puede suponer para una persona! Creo que el secreto está en ser abierto y sensible a las personas que a diario cruzan nuestro camino e interesarse por ellas. No toma mucho esfuerzo, muchas veces es sólo un pequeño detalle, unas palabras amables, una sonrisa, una mirada de comprensión.
Lo que nos pasa a la mayoría es que estamos tan absortos con nuestro trabajo, problemas, planes, etc., que no reparamos en las personas que nos rodean y mucho menos en sus necesidades.
En nuestras relaciones con los demás, tenemos dos opciones:
1. Podemos dibujar un círculo a nuestro alrededor que exluye a los demás.
2. O podemos formar uno que los incluya.
Creo que concordarás conmigo que ¡el mundo sería mejor si todos abriéramos nuestro circulo e incluyéramos, aceptáramos y apreciáramos a los demás!
Y ahora reflexiona: ¿Qué tipo de círculo estás creando en tu vida?
Hola Gloria, soy Dolors. Gracias por compartir todo esto con nosotros. Besos
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